miércoles, 14 de septiembre de 2016
Pelado
Ya no hay torneo del Toro de la Vega; ahora lo llaman Toro de la Peña. El toro no muere alanceado, pero muere igualmente, después de que la panda de cazurros tordesillanos se dedique a hacerlo correr, asustarlo, fatigarlo. Exhausto, Pelado se paró a beber agua de los charcos que había en la carretera, se refugió en el campo, fue anestesiado con un dardo tranquilizante y será (o ha sido ya, aquí las informaciones difieren) sacrificado de una descarga eléctrica. ¿Por qué hay tanta gente-mierda que sólo sabe divertirse torturando a quienes consideran sus inferiores? Para mí está claro quienes son los bestiajos de esta historia. Pelado, como todo ser vivo, quiere continuar viviendo, y su vida, para mí, tiene un valor infinitamente mayor que la de todos los tordesillanos y tordesillanas juntos. Pelado lindo, no pararemos hasta la abolición.
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