He de confesar que cierro este mes de noviembre bastante cansada y sin el entusiasmo habitual cuando se acerca diciembre, a pesar de que ayer recibí un regalo fantástico de mi gran amiga Bea (las señales, Bea, las señales). Echo de menos a Minus y Fanny me tiene preocupada. Espero que no sea nada, pero el vivir con tantas criaturitas tiene estas cosas.
Sé que esta es una entrada un poco extraña, desorganizada, pero el humor no me acompaña hoy, con este ataque de preocupación y melancolía. Michi se acaba de subir y ya me está reclamando atención. Como me conoce el sinvergüenza. Ahora voy, Michi, ahora. Antes, me gustaría rendir homenaje a alguien que murió hoy hace 113 años en París: el grandioso Oscar Wilde. Lo recordé cuando enterré las cenizas de mi Misi hace hoy 13 años; vuelvo a recordarlo ahora, pero no pensando en las tristes condiciones de su muerte, sino celebrando su vida y su ingenio.