miércoles, 23 de abril de 2014

Porque las cosas cambian


La de tiempo que hacía que no escuchaba esta canción, y me ha dado por escucharla hoy; precisamente hoy. La última vez que la había escuchado, Berlioz ya se había ido, pero estaban aquí Mimi, Minus, Fanny, y Brontë no se había perdido. Tampoco estaba pasando lo que pasaba hoy mientras escuchaba de nuevo la canción; o al menos no estaba pasando de la misma forma, o no era tan evidente. Al fin y al cabo, ¿no morimos cada día?

Pero las cosas cambian y, si bien algunos se fueron, otros llegaron. No estaban aquí Minca, ni Michi, ni Portos, ni Nati, y buscando a Brontë nos encontramos con Mani.

Las cosas cambian y, aunque el cambio a veces duela, es bueno que cambien. Feliz reencuentro con Doris, querido Harald. Ahí no hay dolor.