domingo, 29 de enero de 2012

Y ahora, "Once Upon a Time"

Intensa, la semana que hoy acaba, muy intensa. Han terminado las clases del primer cuatrimestre y también ha finalizado la segunda temporada de Sherlock. Y lo ha hecho con la misma elegancia con que empezó, lanzando guiños al público que ha llegado a este Sherlock de la pantalla desde las páginas de Conan Doyle. Por supuesto que intuíamos ya desde el título "The Reichenbach Fall" que... ejem..., hasta aquí puedo escribir, que no quiero adelantar nada a quien pueda tropezar con este blog sin haber visto aún la serie. En resumidas cuentas, un final de temporada de quitarse el sombrero que me dejó con ganas de más. Si la primera fue buena, la segunda me ha parecido mucho mejor. Siguiendo esta tónica, la tercera deberá ser de escándalo. Pero no nos precipitemos; toca esperar pacientemente...
James Moriarty y Sherlock Holmes
(Consulting criminal vs Consulting Detective)

La espera, al menos en lo que a mí concierne, no va a estar vacía. Espero ansiosa no sólo la tercera temporada de Sherlock, sino la más cercana segunda temporada de Game of Thrones y la tercera de Downton Abbey (aunque la calidad esta última no se acercó a la de la primera). Digo que la espera no va a estar vacía en lo que al territorio "series" se refiere porque ya me he puesto al día con Once Upon a Time, la nueva serie de Edward Kitsis y Adam Horowitz que emite en España la cadena AXN. Se me pasó el estreno, ensimismada como estaba con Sherlock, pero ayer emitieron los tres primeros episodios y ya estoy lista para la acción.

Once Upon a Time / Érase una vez
Vale. Comparar Sherlock con Once Upon a Time sería como comparar peras con manzanas y no es el propósito de esta entrada. Sherlock está concebido como una colección de miniseries de meticulosa factura, excelentes guiones e impecables actuaciones (hasta el histrionismo de Moriarty encaja), mientras que Once Upon a Time se presenta como una serie americana al estilo de True Blood, con una trama compleja que no se resuelve en cada episodio y que, con toda probabilidad, se resolverá por entregas al final de cada temporada pero que lanzará una nueva incógnita para enganchar al público a una nueva temporada.

Si bien me costó acostumbrarme a los escenarios del mundo de los cuentos de hadas (un poco fake para mi gusto) y no dejaba de ver en el troll del tercer episodio a un orco escapado de The Lord of the Rings (es que hasta la voz era la misma), me habitué pronto a la particular puesta en escena, igual que lo hice a las horteradas que salpican True Blood y que, no cabe duda, son señas de identidad de la serie.

Independientemente de los gustos, creo que Once Upon a Time llama la atención sobre un aspecto que me parece fundamental: el hecho de que las narraciones folklóricas (sean mitos o cuentos de hadas) nos proporcionan unas raíces que se extienden, perdón por lo manido de la expresión, hasta la noche de los tiempos. Como expresó mi querido Tolkien en el poema Mythopoeia, la mitología contiene verdades espirituales y fundacionales y la mitopoiesis ayuda a elaborar y conectar con esas verdades. Los cuentos de hadas cumplen también esta labor, como subrayara Bruno Bettelheim en sus The Uses of Enchantment (traducido al español como Piscoanálisis de los cuentos de hadas), al ayudar a los niños a enfrentarse a sus miedos en términos simbólicos, permitiéndoles crecer emocionalmente y proporcionándole las herramientas necesarias para embarcarse en la aventura de vivir.

Hoy en día, me asombra descubrir que mis estudiantes no han crecido con los cuentos de hadas con los que yo lo hice, igual que desconocen los mitos clásicos o incluso las historias del Antiguo Testamento. El desconocimiento de la tradición clásica y la bíblica los inhabilita sin duda alguna para comprender la cultura occidental en cualquiera de sus manifestaciones, pero, a un  nivel más profundo, y aquí radica la conexión con la serie Once Upon a Time, el crecer sin mitos, sin cuentos de hadas, supone cercenar esas raíces que nos conectan a toda una realidad no-visible que en última instancia conforma lo que hoy somos. Un árbol no crece sin raíces. Sucede como a los personajes de Storybrooke que, expulsados del mundo de los cuentos de hadas al que  pertenecen, desconocen su propia identidad. Hace falta que un niño de 10 años, gracias a un libro de cuentos de hadas, ayude a una adulta - que tampoco sabe de dónde viene - a deshacer el hechizo.

El jovencito Jared S. Gilmore como Henry Mills

La mejor actuación, sin duda alguna, la de Lana Parrilla, en su papel de Evil Queen/Regina Mills que impide que el personaje malvado sea de un negro maniqueo y presenta a una mujer cruel, ambiciosa, egoísta, incapaz de perdonar y, por ello, también torturada. Prometedora la de Robert Carlyle como Rumpelstiltskin/Mr. Gold.




Ahí va un trailercito.




domingo, 15 de enero de 2012

"Sherlocked"

Sherlock Holmes (Benedict Cumberbatch) and Irene Adler (Lara Pulver)

ABSOLUTELY FABULOUS!!! No podía haber empezado mejor la segunda temporada de Sherlock. "A Scandal in Belgravia" supera cualquier episodio de la primera temporada. De la obra de Conan Doyle en la que se inspira, "A Scandal in Bohemia", el episodio toma el personaje de Irene Adler y la posesión de unas imágenes comprometedoras que "The Woman", como ambos Sherlocks la llaman, debe custodiar por su seguridad.
Fascinante la lucha de poder entre dos personajes tremendamente inteligentes, la atracción imposible y esa magnífica secuencia: "Sentiment is a chemical defect found in the losing side" en la que Sherlock le revela a Irene cómo supo que no estaba fingiendo su atracción y cómo ha deducido la contraseña que desbloquea su móvil: "Because I took your pulse...", con esa voz fantástica de Benedict Cumberbatch, hasta llegar al "I am SHERlocked". Simply superb.

Este nuevo Sherlock Holmes, que se define a sí mismo como un "high-functioning sociopath" me recuerda a Sheldon Cooper, y ambos personajes han mostrado recientemente su lado más sensible. En España, TNT emitió "A Scandal in Belgravia" el jueves 12 de enero y, al día siguiente, el décimo episodio de la quinta temporada de The Big Bang Theory, "The Flaming Spittoon Acquisition". Sherlock preocupado por Adler, Sheldon celoso con Amy. Sherlock caring, Sheldon jealous... Humans, after all.

"All lives end. All hearts are broken. Caring is not an advantage, Sherlock"

Cierto, caring may not be an advantage, but it DOES make ALL the difference.

Looking forward to next week's episode! Para que digan que la BBC está de capa caída.

domingo, 1 de enero de 2012

Antoñito

Dar gracias a 2011 por haber sido un buen año a nivel personal, desear que 2012 sea igual de bueno y, poco antes de que acabe ese 2011 al que le estás tan agradecida, enterarte de que tu primo se ha muerto en un accidente de tráfico. Recordar las Nocheviejas, Nochebuenas, santos, cumpleaños de la infancia y temprana adolescencia, los años sin vernos, las vidas que siguen su rumbo sin encontrarse. Pensar sobre lo estúpido de los miedos y los planes cuando no sabes dónde vas a estar mañana, o dentro de una hora, o en el próximo minuto (la muerte, que nos hace filósofos a todos). Desear, entonces, que 2012 sea ya un año mejor que el que se fue. Escribir una entrada en un blog con un "tu" impersonal para dejar por escrito un pequeño homenaje al que fue compañero de juegos durante tantos años, y verlo observándolo todo, mirando hacia donde estás, sonriendo y guiñando un ojo. Porque él ahora ya sabe.


Descansa en paz, Antoñito.