sábado, 30 de noviembre de 2013

30 de noviembre

Se pasan los meses y sigo sin poder dedicar al blog la atención que quisiera. No quiero, sin embargo, que se acabe noviembre sin dedicarle una entrada a uno de mis meses favoritos. Un 9 de noviembre, en 1992, Misi llegó a mi vida, para marcharse 8 años después, el 24 de noviembre de 2000. Minus llegó también en noviembre, el 25 de 2003 y estuvo conmigo apenas nueve años y medio. No ha llegado a celebrar su 10º cumpleaños aquí. Estoy tremendamente agradecida de que me escogieran, pero me ha sabido a poco. Pero Mirra llegó un 10 de noviembre de 2004 y aquí sigue, con sus 9 añitos y su actitud de gatita pequeña. También Caracoli-Turbo llegó el año pasado, el 9 de noviembre, y aquí sigue. También cumplen años en noviembre mi hermano Pablo y mi cuñada Paqui, y aquí están. Hay mucha vida que celebrar, y no sólo en noviembre.
He de confesar que cierro este mes de noviembre bastante cansada y sin el entusiasmo habitual cuando se acerca diciembre, a pesar de que ayer recibí un regalo fantástico de mi gran amiga Bea (las señales, Bea, las señales). Echo de menos a Minus y Fanny me tiene preocupada. Espero que no sea nada, pero el vivir con tantas criaturitas tiene estas cosas.
Sé que esta es una entrada un poco extraña, desorganizada, pero el humor no me acompaña hoy, con este ataque de preocupación y melancolía. Michi se acaba de subir y ya me está reclamando atención. Como me conoce el sinvergüenza. Ahora voy, Michi, ahora. Antes, me gustaría rendir homenaje a alguien que murió hoy hace 113 años en París: el grandioso Oscar Wilde. Lo recordé cuando enterré las cenizas de mi Misi hace hoy 13 años; vuelvo a recordarlo ahora, pero no pensando en las tristes condiciones de su muerte, sino celebrando su vida y su ingenio.