miércoles, 11 de diciembre de 2013

Fanny, Fannylinda, Fannyturri, Fannytuchi

Fanny y Johnny. Verano 2011
Decidí ponerle el nombre de Fanny porque la compramos la víspera de Reyes; como un diminutivo de Epifanía. Wintry acababa de perder a su compañera Summery/Springy el día de Año Nuevo y, con el dolor de la pérdida tan repentina, fuimos a buscarle una nueva amiga para que no estuviera solo. Odio participar en la compra de animales y no me gusta ver pájaros enjaulados pero, por motivos que no vienen al caso, ofrecí mi hogar a una pareja de periquitos y, cuando uno se muere, hay que comprar pronto una pareja para que no se depriman. Cuando voy a escoger un periquito, siempre pienso en los que dejo atrás, así que es un momento bastante duro. Con Fanny, sin embargo, lo tuve claro. Tenía el pico torcido y eso la situaba en el grupo de las "no elegibles", excepto para mí. Fue precisamente eso lo que me hizo señalarla. Me daba la sensación de que era un poco mayor que los demás, así que probablemente había sido descartada en más de una ocasión. Sea como fuere, ese pico y sus ojillos tomaron la decisión. Si nadie quería darle un hogar, yo le daría el mejor que podía ofrecerle. Y creo que ha sido feliz.
Estuvo con Wintry desde 2005 hasta mayo de 2007, cuando Wintry murió y, desde entonces hasta hoy, ha compartido su vida con Johnny. Y digo hasta hoy porque, finalmente, después de luchar como una campeona y de regalarme una tarde-noche muy especial ayer, hoy se ha ido. Ayer por la tarde estaba casi moribunda y se la pasó entera en mis manos, mientras yo esperaba el desenlace, pero por la noche revivió milagrosamente, volvió a comer, a beber y a llamar a Johnny, pero se cansó pronto y volvió a dormir. Me he pasado toda la noche pendiente de ella y esta mañana, cuando volvía a estar como la encontré por la tarde, la he tenido que dejar con todo el dolor de mi corazón para irme a trabajar. No sé cuántas veces he vuelto a la habitación para despedirme de ella, porque me temía lo peor. Y así ha sido. Cuando he vuelto, estaba en el mismo lugar en el que la dejé esta mañana. Ahora descansa con Wintry. La primera estrella de la noche ha sido testigo. Creo que ha esperado a que yo no esté para irse, después de hacer que el corazón me volviera a saltar de alegría y de esperanza ayer. Me mostró su fuerza y su energía, pero me ha sabido a poco el tiempo pasado con ella. Me esperarás con los demás ¿verdad, Fanny?
Te quiero, Fannylinda. Vuela libre y perdóname si te he agobiado mucho al final.

sábado, 30 de noviembre de 2013

30 de noviembre

Se pasan los meses y sigo sin poder dedicar al blog la atención que quisiera. No quiero, sin embargo, que se acabe noviembre sin dedicarle una entrada a uno de mis meses favoritos. Un 9 de noviembre, en 1992, Misi llegó a mi vida, para marcharse 8 años después, el 24 de noviembre de 2000. Minus llegó también en noviembre, el 25 de 2003 y estuvo conmigo apenas nueve años y medio. No ha llegado a celebrar su 10º cumpleaños aquí. Estoy tremendamente agradecida de que me escogieran, pero me ha sabido a poco. Pero Mirra llegó un 10 de noviembre de 2004 y aquí sigue, con sus 9 añitos y su actitud de gatita pequeña. También Caracoli-Turbo llegó el año pasado, el 9 de noviembre, y aquí sigue. También cumplen años en noviembre mi hermano Pablo y mi cuñada Paqui, y aquí están. Hay mucha vida que celebrar, y no sólo en noviembre.
He de confesar que cierro este mes de noviembre bastante cansada y sin el entusiasmo habitual cuando se acerca diciembre, a pesar de que ayer recibí un regalo fantástico de mi gran amiga Bea (las señales, Bea, las señales). Echo de menos a Minus y Fanny me tiene preocupada. Espero que no sea nada, pero el vivir con tantas criaturitas tiene estas cosas.
Sé que esta es una entrada un poco extraña, desorganizada, pero el humor no me acompaña hoy, con este ataque de preocupación y melancolía. Michi se acaba de subir y ya me está reclamando atención. Como me conoce el sinvergüenza. Ahora voy, Michi, ahora. Antes, me gustaría rendir homenaje a alguien que murió hoy hace 113 años en París: el grandioso Oscar Wilde. Lo recordé cuando enterré las cenizas de mi Misi hace hoy 13 años; vuelvo a recordarlo ahora, pero no pensando en las tristes condiciones de su muerte, sino celebrando su vida y su ingenio.





jueves, 31 de octubre de 2013

Otro final de octubre, con Minus al otro lado y yo un poquito más sola

Calabazas de Princesse, Mani, Portos, Minus, Mirra, Mishkin, Minca y Michi (31 de octubre de 2012)

Cuando termina el mes de octubre de 2013, me encuentro escribiendo en la misma línea que el año pasado: observando el apenas haber pasado por aquí, haciendo recuento de todo lo que me trae cada año el mes de octubre y recordando lo que ha pasado desde el último 31 de octubre. (Check it out: http://margaritacarreterogonzalez.blogspot.com.es/2012/10/balance-de-octubre.html). 
Las circunstancias en las que escribo, sin embargo, han cambiado. La vida cambia, no en un año, sino en un segundo, y este año Minus no está saltando a la mesa para coger su calabaza; este año, Minus está en el otro lado, en ese otro lado que hoy, según las tradiciones celtas, está más cercano a este al hacerse más fino el velo que nos separa. El año pasado escribía sobre Mimi, que era la que más recientemente había cruzado. Este año tiene nueva compañía y yo me siento más sola, Minus-less. Minus no jugará este año con su calabaza, pero yo dejaré una vela en mi terraza para que siempre encuentre el camino a casa, aunque sé que no le hace falta, porque nunca lo ha perdido. Te echo tanto de menos, pequeñín. Justo hoy hace cinco meses que cruzaste; tu presencia-ausencia no me abandona y sigo deseando que hubieras esperado un poco más antes de cruzar. Ojalá tuviera la serenidad de espíritu para vivir en la tranquilidad constante de lo que sé sin razonamientos: que estás conmigo, que estáis conmigo y que sólo necesito estar verdaderamente despierta para verlo.

Minus "calabaceando" (31 de octubre de 2012)
En la confianza de que estáis aquí, "family, friends and foes, pets [es decir, nonhuman animal family] and wild life, fishes and crows", justito al otro lado, y en la esperanza de que volveremos a vernos y a reconocernos, Samhain blessings to everyone!



jueves, 12 de septiembre de 2013

Lluqui, le chaton voyou


Mmmm ¿intrusos? ¡Mola!

Este personajillo adorable y sinvergonzón ha sido, junto con Mani, la estrella invitada de nuestras vacaciones en Goupillières.


Qué poco podía imaginarme yo que nos estaba esperando esta sorpresa en casa, para añadir un mágico toque felino a estas vacaciones en las que, por primera vez, hemos añadido un toque perruno llevándonos a Mani (y a Caracoli ¿eh?).

Cherchez le chat...
Fue Mani el que se dio cuenta de su presencia; empezó a ladrar mientras descargábamos todos los bártulos del coche, Matthias avisó: "Un gato", a mí me hicieron los ojos chiribitas, dejé todo lo que tenía entre manos y ¡a por la cámara! Más de seiscientas fotos y vídeos tengo del pequeñajo. Se ve que el tío andaba campando por sus respetos y, de repente, vio que unos intrusos entraban en "su" territorio y quiso cotillear. De hecho, empecé a llamarlo Coti porque es un verdadero cotilla, hasta que me enteré de su nombre: se llama Lluqui, es el gato de los vecinos y, lo confieso, me ha robado el corazón.

Y es que es un descarado encantador: saltó al jardín, empezó a olisquear las maletas, entró en la casa e incluso osó jugar con la calabaza-pelota de Mani. Era una delicia levantarme por la mañana y esperar a que Lluqui viniera, anunciado a veces por su maullido, otras veces llegando sigilosamente, pero siempre correteando y saltando. Incluso Mani se ha atrevido a adentrarse en algunas zonas del jardín, sólo cuando veía que Lluqui se aventuraba. Hemos pasado horas juntos leyendo, jugando, durmiendo (dos noches me lo encontré en la cama cuando me iba a dormir) y ya estaba yo pensando en lo que me iba a costar decirle adiós y tener que esperar a la próxima visita para verlo, cuando al muy sinvergüenza le dio por desaparecer unos días antes de venirnos. Pensaba que quizá la lluvia lo habría mantenido dentro de casa, pero los vecinos nos dijeron que llevaba tres días sin aparecer y a mí se me cayó el mundo encima; en seguida pensé que algún zorro podría haberlo cogido o algún coche lo podía haber atropellado. La zona es muy tranquila pero... nunca se sabe.


Casi, casi tolerándose
Pues bien, volví a España con el corazón destrozado, después de dos días en los que la casa se me venía encima porque en todos lados veía su ausencia. No podía parar de llorar. Yo, que ya había empezado a hacer planes sobre cuándo podríamos hacer una escapadita y no dejar que pasara tanto tiempo entre una vuelta por la casa y otra, de repente sentía que no podría volver si no tenía noticias de Lluqui. De acuerdo, no es mi gato y sólo había estado con él un par de semanas pero el corazón no entiende de "posesiones" ni de tiempo ¿verdad?


No iba yo a estar escribiendo tan tranquila de este ladrón de corazones si no fuese porque la semana pasada tuvimos noticias de la vecina: Lluqui ha vuelto pero, nos dijo, está haciéndose muy independiente. Al señor le da por visitar las casas de los vecinos (vamos, igual que hizo con nosotros) como si estuviera haciendo un estudio comparativo para ver quién le da las mejores chucherías, los mejores mimos o quién tiene la cama más mullidita. Las lágrimas eran ahora de una alegría explosiva; ninguna de las horribles imágenes que habían pasado por mi mente eran realidad. Lluqui seguía saltando por el jardín, sólo que yo ahora estaba en Granada y no podía darle un abrazote de los míos. Luego, vino la reflexión: "¿Será traidor? Ni siquiera vino a despedirse de mí. ¿Ni un mísero miaurevoir  me merezco? Yo con el corazón roto y él de picos pardos".

¡Infiel encantador! Un vrai voyou!

Me duele la cara de ser tan guapo


Hoy hace un mes que lo conocí y en esta época crecen una barbaridad, así que en un mes habrá cambiado bastante; seguro que ya ha mudado esos colmillitos y ahora empiezan a tornarse en colmillazos. Me recuerda mucho a Michi, sólo que lo que Lluqui tiene de rubio, Michi lo tiene de gris. Creo que va a ser el mismo tipo de gatazo que Michi. Espero volverlo a ver cuando volvamos a Goupillières. ¿Me reconocerá?

Por supuesto que sí... ¡me quedo con tus chuches!

sábado, 10 de agosto de 2013

¡Desconexión!


¡A descansar!
Nos vemos a la vuelta. La familia humana se queda cuidando de la no-humana, pero ojalá pudiera llevármelos a todos conmigo.

domingo, 7 de julio de 2013

¡Portos cumple su primer año!

¡Feliz primer cumpleaños, Portos!

Pues sí, lo decía el año pasado cuando celebrábamos el primer cumpleaños de Michi: el tiempo vuela. Escribía entonces también sobre la nueva adición a nuestra familia, otro regalo del mes de julio que se manifestó en la forma de un cachorrillo de Golden abandonado al que llamamos Portos (http://margaritacarreterogonzalez.blogspot.com.es/2012/07/dos-regalos-de-julio.html).


Portos recién recogido de la calle (7 de julio de 2012)


Y como el tiempo sigue volando, aquel cachorrillo cumple hoy un año y se ha transformado en todo un caballero. Sigue siendo un cachorro juguetón, pero ahora jugar con él es un deporte de riesgo: no es un peluche dorado, es una bola de fuego con una energía, una alegría y una fuerza arrolladoras. Es feliz y nos hace tremendamente felices.

Portos recién llegado del paseo matutino (7 de julio de 2013)

Gracias por haber llegado a nuestras vidas, Portos, Porteros Cascabelero; Portos, Portitos, Portichuelo. Feliz cumpleaños y ¡que cumplas muchos más!




domingo, 30 de junio de 2013

Final de junio esperanzador (Gracias, Minus)

Soy consciente de que escribir un blog supone, en algunas ocasiones, dejar al descubierto experiencias muy personales a lectores que pueden conocerme desde el ámbito público. Suelo ser celosa de mi privacidad pero soy también muy emocional y esta parte me lleva a revelar estas experiencias personales cuando, por cualquier motivo, se produce un acercamiento especial con mi interlocutor. Así, por ejemplo, algunxs de mis mejores amigxs fueron antiguxs alumnxs (hoy sería más difícil porque podría ser madre de algunxs de ellxs - una madre joven, pero madre al fin y al cabo - aunque alguna conversación especial ha habido ¿verdad I, alias Claro de Luna?) y algunxs de mis grandes amigxs fueron profesores míos.
Mirra, Minus y Mimi, cuando sólo eran tres.

Todo esta parafernalia viene porque algunxs de estxs alumnxs han escrito en mi blog y no sé si quizá esperaban encontrar en él cosas más "académicas" y se encuentran aquí con una profe que no tiene problema en abrir su corazón al ciberespacio. Pero, bueno, esa era mi intención cuando decidí escribir un blog: hablar de las cosas que quería compartir con cualquiera que arribara aquí; de mí, de mis cosillas, mi vida, mis pasiones, mis filias, mis fobias, mis causas no tan perdidas... de todo un poco. Quien me lea me encontrará a veces exultante, otras indignada, otras triste y en otras ocasiones destrozada.
Destrozada estaba cuando escribí la entrada del mes de mayo, cuando acababa de perder a Minus, uno de mis compañeros no-humanos (por cierto, no es el que aparece conmigo en la foto de perfil, ese es Michi). Mayo fue el mes del miedo y la incertidumbre, del sufrimiento por unas sospechas que luego se confirmaron y por la preparación de la despedida, pero también fue el mes del cariño, del muchísimo cariño que recibí de tantísima gente en momentos de tantísima angustia. Junio ha sido un mes de duelo y de desesperación, de estancamiento, de literales aullidos de dolor pero, de nuevo, de muchísimo, muchísimo, muchísimo amor recibido y que me hace estar eternamente agradecida.
Pues bien, si mayo terminó en esta nota de dolor, junio termina en una nota de esperanza. Ya se anticipó anoche, cuando asistí al magnífico concierto que la OCG dio dentro de la programación del Festival Internacional de Música y Danza de Granada. Bajo la dirección de uno de mis directores más queridos, Harry Christophers y junto a su coro The Sixteen, la OCG interpretó dos obras de Haydn y mi Réquiem favorito: el de Mozart, en el que encuentro una garra que no siento en otros. Mi pensamiento se fue a Minus y a todxs lxs que ya no están aquí y la experiencia fue epifánica. No hay otra palabra. Y esta mañana, al fin se ha producido lo que llevo pidiendo todo este mes: he soñado con Minus o, mas bien, Minus se ha metido en mis sueños. El sueño no lo voy a contar en detalle aquí, baste saber que yo era consciente de que había muerto y que no quería apartar mi vista de él temiendo que se esfumara, que temía que fuera sólo una ilusión mía y necesitaba la confirmación de una de mis grandes amigas que estaba conmigo en casa. Minus estaba allí, conmigo, como se que está aquí, conmigo, pero de otra forma. Así me lo ha querido hacer saber Minus (y ahora sé que Mimi me avisó). Estoy convencida. El sueño ha sido precioso.
Una vez más, gracias, mi gatito noble, mi Minus es más.

Aquí estoy
Minus: "De nada, mujer, a mandar (pero poco ¿eh?). Miau."